jueves, 13 de marzo de 2014

Cuento algo peligroso: Me jugaría la vida...

Faltaba una sola semana para mi aniversario con Olivia. Cumplíamos 25 años de casados y quería darle la sorpresa de su vida. Todos los años, le regalo flores, bombones, joyas... pero este, quería sorprenderle con algo diferente. Tenía muchas ideas en la cabeza: una gran fiesta, unas entradas para el próximo teatro... Todas me parecían buenas ideas, pero había una que me rondaba la cabeza: tirar fuegos artificiales con su nombre. Sabía que le encantaría.
Al final, me decidí por esa idea. Fui a un almacén a comprar los fuegos, pero tenía un problema, yo no sabía tirar esos fuegos; tenía que llamar a algún especialista, porque era peligroso y me podría jugar la vida. Llamé a varios números de teléfono de especialistas que había en la guía: unos me decían que estaban ocupados, otros me pedían demasiado dinero, otros me decían que no se fiaban...
No sabía qué más hacer, lo único que me quedaba era arriesgarme a tirarlos yo. Sabía que era peligroso, pero solo quedaba un día para nuestro aniversario, y quería seguir adelante con mi idea. Por Olivia daría mi vida, y lo tenía muy claro, ella lo era todo para mí, por la única que lucharía.
El día del aniversario, por la mañana, monté y organicé los fuegos, para que todo quedara perfecto. Estaba nervioso, y si me salía mal, todo se tiraría por la borda.
Eran ya cerca de las ocho de la tarde, y estaba empezando a oscurecer. Seguía nervioso, pronto llegaría el momento. Olivia seguía sin saber nada. Cuando dieron las ocho y media, la llamé por teléfono para que se asomara al balcón desde donde vería los fuegos artificiales perfectamente. Se extrañó un poco, pero me dijo que se asomaría. Entonces fue cuando decidí que era el momento. Mi corazón latía demasiado rápido. Empecé a encender poco a poco la primera mecha. Cuando la encendí, cogí algo más de confianza, y seguí encendiéndolas corriendo todas. Pero había un problema, la última mecha se me resistía... Lo intenté, me acerqué mucho más a los fuegos de lo que debía, prendí fuego de nuevo a la mecha y cuando lo conseguí... ¡¡¡PUM!!!
Algo explotó dentro de mi...
"Tras la explosión, la ambulancia lo encontró muerto al lado de los restos de los fuegos. Cuando Olivia se enteró, partió a llorar a sus pies: había arriesgado su vida solo para darle una sorpresa y mostrarle todo lo que haría por ella".

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